jueves, mayo 12, 2005

Una última carga II

En el suelo la sangre del demonio goteaba a un ritmo constante contra el suelo, tenía múltiples heridas provinientes de otros tantos cortes de espada, hachas e incluso dientes, pero por un momento todo había parado, las malditas hordas del mal se habían replegado a una zona protegida por un campo de energía oscura que su maga de batalla estaba generando desde algún punto alejado de la visión principal.

El demonio se levantó del suelo agotado, le dolía todo, a pesar de ello sus compañeros esperaban que se levantase, la máscara estaba rota, así que la tiró de lado, dejando su rostro sangrante a la vista de todos.

Su propia maga de batalla se acercó a él, le informó del campo que habían formado las legiones de la Oscuridad en torno a su maga y las propiedades del campo, era un campo defensivo, posiblemente estuviesen agrupandose para cargar contra ellos, pero hasta que un elemento entrase o saliese del campo era virtualmente imposible hacer nada contra ellos, al parecer sólo las criaturas oscuras pueden atravesar el campo sin ser destruidas.

El demonio se vuelve para mirar a su ejercito, quedán pocos pero son leales, buenos combatientes y al girar la cabeza la ve, ve a la maga oscura, sus rasgos orientales no dejan lugar a la duda, es ella, la odia, con todas sus ganas, con todas sus fuerzas, sus ojos de ponen incandescentes, aprieta los colmillos hasta que chirrian, los puños le duelen de lo apretados que los tiene. Ha de hacer algo, ella no le destruirá, ni siquiera le dará la oportunidad de volver a hacerlo.

El demonio se gira para hablar con sus comandantes, les habla claro y despacio, ellos niegan con la cabeza, piensan que los golpes le han dejado tontos, entonces les repite las órdenes y les pide que confien en él, les explica sus razones y ellos asienten, confían en él.

Unos minutos más tarde la maga oscura distingue la formación de batalla en el exterior del campo, su voz suena indiferente y superior - No tienen nada que hacer - eso todo lo que dice mientras canaliza la energía colindante hacia el campo de fuerza.

En el otro extremo el demonio se prepara, su hacha enjoyada está lista y trás él su ejercito, no dice una palabra, tán solo corre, al ataque, a la batalla, a la carga...contra el escudo mágico

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