Caigo.
Primero despacio y lento, pero de repente todo se acelera.
Hacia abajo, hacia lo oscuro, lo hondo, lo conocido desconocido.
La negrura se hace más patente y aunque intento agarrarme en las paredes resbalo.
Mis uñas se escurren en la aceitosa negrura.
Resbalo y caigo.
Giro descontrolado y aunque recuerdo que hay que encogerse, encerrar la cabeza entre las piernas y mantener la calma sigo girando sin control.
Supongo que aquello de ahi abajo puede ser una salida o el mero reflejo del otro lado del tunel en el agua estancada del fondo...
miércoles, junio 17, 2009
jueves, junio 11, 2009
martes, junio 02, 2009
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