Esa pasta se puede moldear, añadir, quitar, cortar, poner, dar forma a gusto del que la tornea tan sólo con la mirada, hacer las figuras más bonitas y los demonios más horribles, tan sólo con imaginarlo puedes construir o destruir todo.
Pero si quieres conservar algo la pasta de los sueños no vale, se modifica demasiado facilmente, es mejor fijar el resultado, y entonces es cuando hay que cocer la obra creada en el horno de realidad.
A muchos grados de una escala que no tiene nombre aún, el horno de realidad cuece, forma, deforma y transforma la pasta de los sueños, la hace dura, consistente, inmodificable, crea y define en base a él mismo, en una palabra, tranforma la pasta de los sueños...
...en realidad
2 comentarios:
No sé como lo haces pero a tí las vacaciones te sientan, ya no digo que mal, pero sí te vuelven la cabeza demasiado metafísica.
No obstante, el post es precioso y es una verdad como un templo. "Los sueños sueños son" que decían por ahí y "Bienvenido a la dura realidad" como la pasta que se vuelve dura en el horno
sobredosis de realidad , estoy volando ... dark
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