lunes, noviembre 14, 2005

La peluqueria y yo

No se que me pasa pero cada vez que voy a la peluquería me suceden cosas raras que luego puedo contar aqui, en realidad creo que las largas esperas a las que me someten en la peluqeria a la que voy hace que mi cabeza se vaya por los cerros de ubeda y le de por imaginar mil millones de cosas.

La verdad es que lo que me pasó no tiene demasiada gracia, pero os lo voy a contar, acababa de salir del trabajo, un día de esos que parece que no pasa el tiempo y que es eterno, pues bien, estaba en el sillon esperando en la peluqueria intentando no dormirme cuando me tocó el turno, lo noté por que de repente el tio más antipatico (y por cierto el único del local) me echó sobre los hombros una toalla y comenzó a tirar de mi pelo hacia la pila de lavar los pelos, el caso es que en unos momentos estaba con la cabeza enajabonada y el pavo (el unico que habia y me tenia que tocar a mi) me empieza a frotar y a frotar, y os lo juro entre el calor, el cansancio y el masajito con agua caliente casi me da por ponerme a gemirle al chaval y claro, no es cuestion de dar el numerito...

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