miércoles, mayo 07, 2008

Movil

-Nunca me llamas-, era su frase preferida, siempre me la decía cuando me veía mientras arrugaba ese labio inferior como haciendo pucheritos.

Nunca llegué a entender esa manía que tenía de que la llamase, además no le bastaba con que la llamara a casa, a fin de cuentas me salía más barato y mi economía no era boyante en aquellos momentos.

Eso si, si la llamaba al movil cuando luego la veía tenía los ojos cristalinos y la sonrisa radiante en sus labios, la misma que me hizo enamorarme de ella lócamente.

Supongo que fue tarde cuando me dí cuenta que nunca había oido sonar su movil, siempre lo llevaba en vibrador...

3 comentarios:

Teseo dijo...

¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja!

Si es que el día menos pintado nos sustituyen por el último modelo (de móvil) ;D

¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja!

Una cualquiera dijo...

Si señor!! haciendo felices a las mujeres!!:P;)

Filomena dijo...

Jejej las mujeres somos complicadas :P