Caigo.
Primero despacio y lento, pero de repente todo se acelera.
Hacia abajo, hacia lo oscuro, lo hondo, lo conocido desconocido.
La negrura se hace más patente y aunque intento agarrarme en las paredes resbalo.
Mis uñas se escurren en la aceitosa negrura.
Resbalo y caigo.
Giro descontrolado y aunque recuerdo que hay que encogerse, encerrar la cabeza entre las piernas y mantener la calma sigo girando sin control.
Supongo que aquello de ahi abajo puede ser una salida o el mero reflejo del otro lado del tunel en el agua estancada del fondo...
miércoles, junio 17, 2009
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2 comentarios:
Premio para el nene porque no me cansaré nunca y algún día pondrás mis distinciones aquí, jeje. Cuídate
=****
Dejate llevar... es lo mejor si ya estas cayendo en algún momento llegará el final y entonces decide, no busques la postura ni la forma de no caer, lo inminente no se puede evitar... piensa en algo dulce y espera el final.
Besos.
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