Te retuerces atada, por cadenas de seda fina, encima de una cama que se te antoja de piedra y cuyas sabanas, finas y suaves te arañan la piel del alma poco a poco, tus asustados ojos miran hacia todos los lados buscando un resquicio que te permitan escapar...o tal vez no.
Y es en ese momento cuando, debajo de las sábanas, cual monsturo marino, emergo, dispuestos a devorarte, como los antiguos titanes hacían...
No grites niña, pues esta noche Perseo no vendrá a salvarte....
miércoles, mayo 02, 2007
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5 comentarios:
Al final te devoró ella, eso pasa siempre, no te preocupes. Un buen blog, espero que puedas visitarme. Un saludo.
Vendrás ésta noche a devorarme?, te espero ésta noche donde siempre a la hora de siempre.
Besitos amor
Como decía la canción: Ven... devorame otra vez ! :) hay momentos en el que el canivalismo de devorar al otro es tan dulce...
Besitos.
siempre se puede tener una cabeza de medusa a mano, seas perseo o no..
Desde El olimpo.
Dionisios
Qué mejor mar que ese que se compene de sabanas, y qué mejor criatura a devorar...que la se encuentra bajo esas aguas.
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