SAbían que no debían hacerlo, se miraban fijamente, él veía reflejadas en los ojos de ella mil constelaciones de estrellas girando a toda velocidad sobre sus pupilas, y ella en los de él podía adiviar una colección de estrellas de todos los tamaños, brillantes y poderosas que calentaban incluso a distancia.
Sus manos estaban separadas, como temiendo lo peor, pero las leyes físicas eran demasiado estrictas como para saltarselas, ni siquiera ellos podrían contra ellas.
Y por la Ley de Atraccion de los Cuerpos se unieron en aquel beso...y el Universo se colapsó sobre si mismo justo en el punto de unión de sus labios
martes, abril 17, 2007
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2 comentarios:
Es inútil resistirse a esas leyes muchas veces. Y total, para qué, con lo divertido que es. Besos cielo.
te invito a romper esas leyes universales!!!!
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