jueves, agosto 17, 2006

Encadenado


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Los ruidos del agua al filtrarse por las rocas de la cueva eran la única compañía del demonio en aquella situación. Examinó rápidamente sus opciones, débil, caido y encadenado a la pared de piedra con cadenas hechas de algun material extrañamente resistente...encerrado en su propio mundo, aquello no podia sino ser obra de...

Un ruido de arrastrar de pies lo sacó de su ensimismamiento, el perfume de ella llegó antes que su presencia, podía notar como sus músculos cansados se tensaban al olerla, aquello no era bueno.

Unos pasos rápidos le indicaron que no venía sola, le acompañaba alguno de sus lacayos, alguno de los que le habían aprisionado sin duda, alguno de aquellos repugnantes seres que seguían las caprichosas órdenes de aquella mujer.

El demonio abrió los ojos amarillos para ver de cerca a sus captores, allí estaba ella, como siempre preciosa, divina, increiblemente bella y a la vez cruel, oí que el repugnante ser que la acompañaba le susurraba palabras.

-... es sin duda el material más resistente, no podrá soltarse esta vez...-

La sonrisa de ella era demoledora, dura, fria y a la vez daban ganas de besarla y fundirse con ella.

Ella, altiva, avanzó unos pasos y se quedó mirando al demonio encadenado, sonrió aún más, mostrando sus dientes, sus afilados dientes, sus ojos eran de un verde claro que asustaban al mirar, los abrio de par en par cuando el demonio comenzó a moverse espamódicamente.

Al principio pensó que era tos, pero entonces pudo oirle, era risa, se estaba riendo, primero de forma suave y al final de forma más y más abierta, hasta que de repente paró.

Sus ojos se encendieron con un brillo ambarino, sus musculos se tensaron y gritando de furia, mostrando sus dientes afilados, el demonio comenzó a tirar de las cadenas. Trozos de roca caían del techo antre el esfuerzo del demonio.

La mujer abrió los ojos y la boca justo en el momento en el que la pared cedió y el demonio saltó hacia ella, enrrollando las cadenas en su esbelto cuerpo. La voz del señor del Inframundo sonó áspera.

- Y ahora que, querida Vida.-

Ella, la Vida, pareció no sorprenderse, se limitó a sonreir. En ese momento el demonio sintió como su figura se deshacía como si fuese de arena entre sus manos.

El demonio miró a todos los lados, no la vio, ni a ella ni a su sicario, entonces corrió fuera de la caverna y subiendo al monte más alto de todo el Inframundo le gritó a los cuatro vientos.

- He vuelto a ganarte. Asúmelo, no podrás conmigo!.-

La voz de la Vida sonó como un susurro en sus oidos, amenazante y sibilina.

- Volveré a tumbarte.-

La respuesta del demonio fue breve, seca, corta, firme y en voz baja.

- Y yo volveré a levantarme de nuevo.-

2 comentarios:

pcbcarp dijo...

Bueno, yo lo habría dicho de un modo más prosáico, pero es así... Como ninguno de los dos quiere cargarse al otro sino sólo recrearse en el prepolvo, pues pasa lo que pasa. Me gusta.

Anónimo dijo...

Recreación del prepolvo. Pcbcarp, me ha gustado esa frase. Que nunca deje de haber juego, siempre y cuando ambos jugadores disfruten del susodicho.

PD:You try to take the best of me
Go away!!